Una vaca con dos animales clones en su
interior acaba de morir cerca de la ciudad de Balcarce. Para los científicos que la
produjeron, que pertenecen al INTA, su muerte no es sinónimo de fracaso, sino de un paso
que "permitió ganar conocimientos y experiencia para profundizar en más
investigaciones".
La muerte de esa vaca y otras dos preñeces de vacunos terminados en abortos
espontáneos que se dieron en el mismo lugar indican que la técnica de clonación
que tuvo éxito en 1997 al producir a la oveja Dolly, el primer mamífero a partir
de una célula adulta todavía está en su infancia y que es sumamente insegura.
"Hubiésemos preferido que los animales nacieran pero igual hemos aprendido
muchísimo con la puesta a punto de la clonación", dijo el doctor en veterinaria,
Ricardo Alberio, del INTA en Balcarce. Su equipo, formado por cinco expertos dos
eran biólogos moleculares de la Universidad de Munich, en Alemania se habían
concentrado en la clonación sólo para ver cómo se hacen estos animales según las
células que les dan origen.
Empezaron en octubre del año pasado. Por un lado, tomaron células de ovarios de vacas
adultas Holando Argentino (específicamente, eran células de la granulosa del folículo
del ovario). Y las fusionaron por un pulso eléctrico con óvulos vacíos (sin núcleo) de
vacas de un matadero. Mientras tanto, también mezclaron células llamadas fibroblastos de
fetos vacunos con óvulos vacíos. Aunque se hicieron a partir de células diferentes, se
dieron similares resultados en este primer paso: el 22 por ciento del total de fusiones
produjeron embriones clones. Después se presentaron divergencias al avanzar.
"No se consiguió embarazo alguno a partir de las células fetales y sí se
alcanzaron tres embarazos a partir de las células de las vacas adultas", informó
Alberio. A partir de ese momento, los científicos estaban entusiasmadísimos, pero a los
cuatro meses dos embarazos se frenaron. "La técnica de clonación produce embriones
más frágiles que los comunes y esto hace que los abortos espontáneos sean más
frecuentes", comentó Alberio.
La atención estaba puesta en la única preñada que prosperó: la vaca portadora con
dos embriones clones en su interior. Se trataba de un animal mezcla de las razas Aberdeen
Angus y Hereford, que no tenía nombre y pastoreaba en un campo cercano a la estación del
INTA. Cuando estaba en el octavo mes hace quince días, la vaca se murió.
Como los encargados del campo les avisaron la mala noticia 48 horas después, los
investigadores no pudieron hacer una biopsia para determinar las causas de la muerte. Pero
sí se pudieron analizar a los clones eran de la raza Holando Argentino que la
vaca llevaba en su interior. "Uno era un animal normal y el otro tenía ciertas
malformaciones en su esqueleto".
Consultado por Clarín, el veterinario José Cibelli, de la empresa Advanced Cell
Technology en EE.UU., que trabaja en clonación animal, reconoció: "Es común que la
técnica sea ineficiente: se pierden en promedio el 50 por ciento de los embarazos".
Mientras que Pablo Cépico, de la Facultad de Veterinaria de la UBA, opinó: "El
estudio del INTA no fue un fracaso. La ciencia funciona así: avanza de a poco y es
importante poner a punto cada técnica".
Otros experimentos
En Buenos Aires, una empresa biotecnológica también desarrolla un proyecto de
clonación. Ya consiguieron seis preñeces de vacas con animales clones en su interior.
Pero hay sólo un diez por ciento de chances de que tengan a sus crías con leche
medicinal.