Antes de diseñar programas efectivos de incentivos para empleados responsables de la
reproducción del rebaño, es necesario desarrollar un plan de monitoreo. Muchos
parámetros pueden ser usados para monitorear el rendimiento reproductivo del rebaño,
algunos de los cuales serán explicados seguidamente.
Tres simples medidas darán una buena idea de la eficiencia reproductiva global:
Tabla 1 |
MEDIDA |
Valor Excelente |
Promedio de días en leche para todas las vacas en lactancia |
160 |
Porcentaje de las vacas en lactancia con preñez |
55-60 |
Promedio de días abiertos de las vacas preñadas |
110 |
Si el predio presenta un buen promedio productivo y estas medidas indican un
rendimiento excelente, no hay necesidad de complicarse más con la evaluación. Si el
rendimiento es mucho menor que esto, entonces es preciso investigar más detenidamente
para determinar donde concentrar el esfuerzo para mejorar el rendimiento. Cada
administrador debería establecer objetivos razonables para el rebaño y el personal.
Para comprender mejor los valores indicados en la tabla, separemos el ciclo anual de la
vaca (se asumirá un óptimo de 12,8 meses entre partos, 390 días) en sus dos
componentes:
Las vacas necesitan 50 a 60 días de período seco para que la glándula mamaria se
recupere de la lactancia previa y se prepare para la siguiente lactancia. Si ellas tienen
mucho menos de 50 días, su producción será menor en la siguiente lactancia y si el
período seco es mucho mayor, los costos de mantención serán más altos y las vacas
tenderán a engordarse. Vacas más gordas están más predispuestas a problemas
metabólicos y a baja producción.
Considerando una duración de gestación promedio de 280 días, quedan alrededor de 110
días para que la vaca se recupere del parto y quede gestante, si se pretende tener un
intervalo entre partos de 390 días. Si el diagnóstico de preñez se realiza en promedio
a los 40 días post cubierta, entonces podría esperarse tener alrededor de 60% del
rebaño con preñez informada en todo momento.
Dado que nada es perfecto, un valor de 55% puede ser excelente para un intervalo entre
partos de 12,8 meses. Si la realidad se aleja notablemente de los valores indicados en la
tabla 1, es conveniente examinar donde radica el problema. Si los días abiertos son
excesivos y no existen mayores problemas de enfermedades infecciosas, es posible que la
detección de calores o la tasa de concepción sean las causantes del incremento. Para
determinar cómo participa cada uno de estos factores, se particionan los días abiertos
(DA) en sus componentes. Estos incluyen el período del parto hasta el momento en que la
vaca es elegible para ser cubierta (período de espera voluntaria, PEV). Las vacas que se
empiezan a cubrir antes de los 50 días es probable que presenten menor fertilidad.
Adicionalmente, dado que las vacas entran en calor al azar, debe esperarse 11 días en
promedio (la mitad de un ciclo) para que una vaca entre en calor. Si se considera un PEV
de 50 días, se dispondrá de 49 días (110 - 50 -11) para que una vaca quede preñada.
Los 49 días para la concepción pueden subdividirse en dos componentes:
- días perdidos por calores perdidos (DPCP)
- días perdidos por falla en la concepción (DPFC)
DPFC es igual al número de servicios por concepción (SC) menos 1,
multiplicado por 21.
DPCP puede entonces ser estimado por la siguiente fórmula:
DPCP = DA - (EV+11+DPFC)
Consideremos el siguiente ejemplo:
DA: Días Abiertos = 134
SC: Servicios por Concepción = 2,4
PEV: Período de Espera Voluntaria = 50 días
DPFC=(2,4-1)x21=29 días
DPCP=134-(50+11+29)=44 días
Se aprecia que se perdieron 29 días por fallas en la concepción y 44 días por
calores no detectados, lo cual indica que tanto la detección de calores como la
técnica de inseminación artificial requieren alguna revisión, aunque la detección de
calores es probablemente el problema más serio. Un problema de este método es que asume
que todas las vacas cubiertas estaban realmente en calor. Si se determina que la
detección de calores es el mayor impedimento para mejorar el rendimiento reproductivo,
entonces el programa de incentivos debería ser basado principalmente en detección de
calores. Si la tasa de concepción es el principal factor limitante del rendimiento
reproductivo, entonces el plan de incentivos debería estar basado en tasas de
concepción.
Los incentivos pueden ser ofrecidos periódicamente a los empleados responsables del
rendimiento reproductivo. La estructura del programa de incentivos debe ser específica
para cada empresa. Los incentivos no deberían ser usados en reemplazo de un sueldo base,
sino en cambio para premiar un rendimiento superior. El programa de incentivos debería
ser tan simple como sea posible. Un plan que debería funcionar es ofrecer a los empleados
un salario por un nivel de rendimiento satisfactorio, con un incentivo aplicable en la
medida que mejora la eficiencia reproductiva más allá de lo satisfactorio. O, si la
eficiencia reproductiva es ya excelente, entonces se puede ofrecer un salario base más un
cierto incentivo para mantener el rendimiento a ese nivel.
Los siguientes ejemplos corresponden a algunas sugerencias de incentivos que han
operado exitosamente en diferentes zonas de Estados Unidos.
- un bono por vaca o vaquilla encontrada en calor y registrada, sea o no elegible para
cubierta
- un bono por cada vaca cubierta
- un bono por cada vaca confirmada preñada, si la cubierta fue antes de los 100 días en
leche
- un bono para vaquillas cubiertas por inseminación artificial que paren antes de alguna
determinada edad
- un bono por vaca o vaquilla detectada en calor y confirmada preñada a esa cubierta.
- un bono para vacas confirmadas preñadas con menos de 90 días abiertos, 2/3 del bono
cuando los días abiertos van de 90 a 120 y 1/3 del bono cuando los días abiertos son
más de 120 días
- Es importante determinar un monto máximo a gastar en incentivos y estructurar el
programa de incentivo de manera de no sobrepasar ese presupuesto (es muy difícil y
contraproducente reducir el incentivo con posterioridad a la puesta en marcha del
sistema).