Pasos para una
óptima fertilización del trigo
Fuente:INTA
Es
importante desarrollar metodologías precisas para la incorporación de fertilizantes a
los lotes trigueros, ya que ello permite optimizar costos y rindes, todo lo cual hace a la
viabilidad del negocio.
Los especialistas recomiendan primero analizar el suelo para determinar la fertilidad y
los requerimientos; muestreando para ello cada lote con distintos antecesores o que tenga
distintos tipos de suelo. Hágalo analizar para saber el contenido de fósforo y capacidad
de entrega de nitrógeno.
Fósforo
- Aplique a la siembra, una
dosis adecuada para lograr altos rendimientos. Según el contenido de fósforo disponible
y rendimiento esperado, corrija los niveles según la siguiente tabla.
- Si va a sembrar soja después
del trigo aplique un 30 % más de fertilizante fosfatado para aumnetar la residualidad y
beneficiar significativamente la productividad del cultivo de soja.
- Si no posee fertilizadora que
coloque fertilizante abajo y al costado, aplique el fósforo al voleo. En este caso,
aumente al menos la dosis en un 30 % para compensar la pérdida de eficiencia. No coloque
más de 120 kh/ha de fosfato diamónico (o 150 de monoamónico o superfosfato en la
línea.
- Si su análisis le hubiera
recomendado mayor cantidad aplíquelo en presiembra, junto con la última labranza.
Nitrógeno
No
es conveniente aplicar todo el nitrógeno de una única vez: a la siembra puede dañar la
germinación y todo el macollaje puede no ser muy eficiente. Para un óptimo manejo del
nitrógeno, se recomiendan los siguientes pasos:
- Primero hace falta determinar
el requerimiento inicial de N. Estime el potencial de rinde en quintales y calcule la
demanda total de N en Kg/ha multiplicándolo por 12.
- En el área triguera, las
lluvias de otoño son suficientes para asegurar, sobre todo en siembras tempranas,
respuestas hasta 100 kg de nitrógeno/ha. Si las lluvias de otoño hubieran sido escasas,
son esperables respuestas de hasta 50 kg/ha.
- Si tiene análisis de
nitrógeno como nitratos, estime la cantidad que tiene en le perfil (N-NO3 x0.2 por
profundidad en cm.) y réstelo de la demanda total. Si no, estime la oferta de N de su
suelo a partir de 10 kg de N disponible por cada punto porcentual de materia orgánica.
- Aplique entre la mitad y dos
tercios de la cantidad restante con la última labranza. Con esta práctica puede usar,
sin ningún problema de daño potencial a las semillas, las cantidades que desee de urea,
amoníaco o UAN.
- Si posee máquinas que
apliquen dos tipos de fertilizantes, separando el fertilizante de la línea de siembra,
puede aplicar también altas cantidades de urea en la línea de siembra, evitando la
aplicación de pre-siembra.
- El segundo paso es
contabilizar el estado hídrico, y la población de plantas logradas, para determinar la
cantidad a agregar de N en el período de macollaje, a los 20 a 30 días desde la
emergencia. Este debería ser suficiente para cubrir la menos dos tercios del total, y no
inferior a 25 kg/ha de N.
- Si decide aplicar una parte al
macollaje, considere el uso de fuentes nitrogenadas más eficientes que la urea, como el
nitrato de amonio común o calcáreo, UAN chorreado o incorporado, o sulfato o
sulfonitrato de amonio, si la necesidad de azufre estuviera diagnosticada. Si va a aplicar
urea al macollaje, elija hacerlo en días fríos o con lluvias pronosticadas.
- En aplicaciones al voleo, hay
que asegurarse de regular el tráfico de las máquinas para evitar que haya franjas
alternadas con subaplicaciones y sobreaplicaciones de N, ya que ambas resultarán en
menores rendimientos o menor rentabilidad.
- El tercer momento posible es
el previo al encañazón, a los 60 días desde la emergencia. En caso de asegurarse la
fertilización anterior y ante una buena perspectiva de rendimientos o de precios, es
posible una aplicación complementaria de por lo menos unos 20 kg/ha de N.
- Finalmente y disminuyendo la
posibilidad de un ataque de enfermedades, puede complementarse una pulverización con urea
o nitrato de amonio a la antesis junto con las aplicaciones de funguicidas. Esta es
específica para aumentar el porcentaje de proteína del grano.
Azufre
Estudios
recientes indican que cerca de la mitad de los lotes trigueros del área norte responden
al azufre. Cubrir parte de los requerimientos de N por sulfato o sulfonitrato de amonio
reemplazando la urea, puede ser rentable en los casos correctamente diagnosticados, es
decir sitios con altos potenciales de rendimiento y bajo niveles de azufre asimilable o de
materia orgánica.
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Sugerencias
para clasificar el trigo por calidad a nivel de productor y acopio |
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